viernes, 8 de abril de 2016

UNA NOCHE DE VERANO

Las noches de verano son insoportables para dormir. Hace tanto calor que aunque intente dormir no lo consigo. Así que cada noche voy a la terraza de la casa de la playa donde vivo con mis abuelos. Ponga música en el móvil y miró fijamente el mar. 

Cuando era pequeña amaba el mar, estar dentro del agua era mi vida. Pero hace diez años que solo mis pies han tocado el mar. Cuando tenía diez años estaba con mi abuela en la playa. Ella siempre me decía que tuviera cuidado. Pero con diez años no pensamos lo que hacemos, así que comencé a nadar hasta el cansancio. Cuando me detuve me puse a flotar. Cuando quise volver, no sabía por dónde ir. A mi alrededor solo había agua. El miedo invadió mi cuerpo. Comencé a nadar poco a poco. El tiempo iba pasando y el día día lugar el atardecer. Me había perdido y no sabia como volver. Comencé a pensar en mis abuelos que estarían preocupadisimos, en mis padres y en mi hermano que siempre me chinchaba. Cerré los ojos y deje que el mar me llevase a donde quisiera. 

Cuando volví al presente me encontré con mi mejor amigo, llevamos diez años siendo amigos. - ¿Por qué no te vas a dormir? Es muy tarde para que una niña pequeña este despierta -. Yo pongo los ojos en blanco, lo hago siempre que me dice que soy una niña pequeña aunque solo nos llevamos cinco años. - Sabes porque estoy despierta y no soy una niña pequeña - le digo poniéndole morritos. Nos reímos. 
Desde el día que me rescato de perderme en la profundidad del mar no nos hemos separado, solo nos separábamos cuando el verano terminaba pero siempre estábamos en contacto. 

Se sienta a mi lado como cada noche. Me abraza y juntos escuchamos música mientras vemos romper las olas del mar. Es un ambiente tan romántica que mi cabeza se gira y lo observó. Es un chico muy guapo, es todo lo apuesto a mi pero siempre está ahí por cada error que cometo. Cuando me derrumbo él hace que me levante otra vez y siga adelante. Muchas personas piensan que somos novios pero en realidad somos amigos, aunque a veces he dudado de mis sentimientos de amistad y lo he visto como mi novio. - ¿Tengo algo en la cara? - me pregunta. Niego con la cabeza. Miro sus labios y no sé cómo pero nuestros labios se juntan. Siento muchas cosas. Cosas nuevas que nunca había sentido con otros besos. Cuando nuestros labios se separan nos miramos y antes de que uno de los dos diga algo, él se va. Esa noche me voy a dormir con mis dedos acariciando mis labios y con una sonrisa en la cara. 


Otra noche más estoy en la terraza mirando el mar. Solo que hoy me siento vacía, me siento triste. Pensé que con el beso de ayer las cosas iban a cambiar. La verdad es que cambiaron pero a mal. He perdido a mi mejor amigo. Esta mañana cuando fui a casa para hablar con él me encontré con una situación que cambiaría nuestra amistad. Él se estaba besando con la chica que muchas veces me hizo la vida imposible y él lo sabía. No llegue ni a su casa. Me fui cuando nuestros ojos se encontraron y los míos estaban llenos de lágrimas. 

Vuelvo al presente y sin limpiarme las lágrimas comienzo a andar hacia el agua. Mi mejor amigo era el amor de mi vida. No tuve la valentía de decírselo pero cuando estaba preparada para decírselo era demasiado tarde. Mis lágrimas se fueron con las olas. Poco a poco comencé a andar en el agua hasta que me hundí. Alguien me saco a la superficie. - Soy un tonto, perdóname por lo que hecho. Mi sirena no te vayas - dijo mi mejor amigo. Cuando nuestros labios se volvieron a encontrar nos olvidamos de todo. No nos hemos separado desde ese día.

Gat Negre

No hay comentarios:

Publicar un comentario