Vamos en el coche de James. Aurora va más
tranquila y se ha dormido abrazando a su peluche. Necesito que James
me ayude así que le explico todo lo que se. Desde que los que decían
ser mis padres eran mis tíos, hasta la razón por la que sabía que
había una bomba en el coche.
- ¿Sabes quiénes son? – pregunta mientras sigue
conduciendo
- No lo sé – le digo. – No es la primera vez
que nos encontramos con ellos.
Le explico cómo recupere a Aurora. También le
explico cómo supe que estaba allí. Seguimos en el coche hasta que
se hace de noche y aparcamos en un motel de carretera. Pedimos una
habitación para los tres. Nos hacemos pasar por una familia.
Mientras Aurora y yo subimos a la habitación, James va a buscar la
cena.
Mientras esperamos a James, Aurora y yo nos
sentamos en una de las camas. Hay dos camas. Le deshago el peinado y
la peino. Mientras lo hago le canto una canción que recuerdo muy
poco. Habla sobre magia. Sobre mujeres muy poderosas que conocían un
mundo mágico. En ese mundo estaban protegidas de todos, pero se iban
de ese mundo porque sus corazones encontraron dueño.
- ¿Papi vivía en ese mundo? – pregunta la niña
- No, cariño – le digo mientras le sigo
peinando. – La mami de papi vivía en ese mundo y sus hijos, mi
mami y tu papi no conocieron ese mundo.
- Nosotras tampoco – dice la niña.
Asiento. Vuelvo a cantar la canción. La segunda
vez que la canto la niña se une. A la tercera vez que repetimos la
canción las dos la cantamos a la vez. Seguimos cantando. Termino
cerrando los ojos. Abrazo la niña. Cuando abro los ojos no nos
encontramos en la habitación. Estamos en un mundo desconocido. Unas
mujeres se acercan a nosotros. Todas llevaban el mismo vestido. Entre
ellas se encuentra una mujer que me es muy conocida.
- ¿Mama? – pregunto con lagrimas en los ojos.
- Hola, hija mía – dice mi madre.
Comienzo a llorar. Abrazo más fuerte a la niña.
Ellas me explican que al final todas las mujeres terminaron
encontrado dueño a su corazón y ese mundo poco a poco fue
quedándose abandonado. Pero las que habían ido con su amor
verdadero comenzaron a morir y volvieron en el mundo donde nacieron.
Así que todas las mujeres Kyvattarius
cada vez que morían subían a ese
mundo mágico. Me explican que si conozco la canción puedo subir
siempre que lo desee y ellas me lo permitan.
- Hija mía tenéis que cuidaros – dice mi madre.
– Sois poderosas y cuando os juntáis vuestros dones se
multiplican.
- Pero madre yo estoy aprendido sobre mis poderes –
le digo. – No sé cómo enseñarle a ella.
- Os enseñareis mutuamente – dice una de las
mujeres.
Mi prima y yo nos miramos. Sonreímos. Las mujeres
nos piden que cantemos la canción otra vez. Las dos cantamos y las
otras mujeres se unen a nuestro cantico. Cerramos los ojos mientras
cantamos.
- ¡Sue! – grita James.
Abro los ojos. Nos encontramos otra vez en la
habitación. Veo a James asustado. Se acerca poco a poco a nosotras.
Aurora y yo nos miramos. No sabemos porque tiene miedo. Las dos le
sonreímos.
- ¿Qué pasa? – digo
- Cuando he abierto la puerta habéis desaparecido
delante de mis narices – dice sentándose a nuestro lado. – Han
pasado diez minutos donde no sabía qué hacer y justo cuando iba a
llamar a alguien, no se a quien pero alguien llamaría – dice
riéndose de sí mismo. – Y de repente aparecéis como si nada
- Ya te lo conté todo – le digo. – Esto es
algo nuevo para las dos.
- Me vais a matar si hacéis cosas así – dice
James y Aurora le abraza.
Tanto la niña y yo nos reímos. James pone cara
de enfadado y nosotras nos reímos más. Durante un momento nos
olvidamos de todo. Desde fuera parecemos una familia muy joven. James
coge a la niña y comienza hacerle cosquillas, eso hace que los tres
riamos más.
Cuando conseguimos tranquilizarnos James nos da la
comida. Para la niña ha traído patatas con nuggets en forma de
animalitos, también le ha traído fruta y zumo. Para nosotros dos un
plato de lasaña y una botella de agua para cada uno. Comemos
sentados en el suelo. Aurora le cuenta sobre sus papis y de la casa
donde estuvo viendo hasta que fui a buscarle. Tanto James como yo nos
reímos cuando intenta decir una palabra que no le sale. Después de
que la niña se haya cepillado los dientes le tumbo en la cama donde
no tarda en quedarse dormida. Yo vuelvo a sentarme en el suelo junto
a James.
- ¿Qué tienes planeado hacer? – me pregunta
James
- La verdad es que no lo sé – le digo. – Solo
sé que tengo que proteger a Aurora.
- Tenemos que averiguar quiénes os siguen – me
dice.
- ¿Cómo que tenemos? – le digo.
- Te quiero ayudar – dice. – Olvidemos que
hemos sido paciente y medico – yo solo asiento. – ¿Amigos? –
me pregunta
- Amigos – le digo mientras le abrazo
Le agradezco por querer ayudarme. Somos nosotros
contra el mundo me dice. Yo me rio. Me pregunta porque el cambio y yo
se lo explico, me mira y con cara de tristeza le pregunto si estoy
fea. Rápidamente me dice que no, que estoy muy guapa y yo me rio.
Abrazados y en el suelo nos contamos cosas, según vamos hablando me
doy cuenta que nos hemos hecho amigos rápidamente. Sentados en el
suelo y abrazados me doy cuenta que me voy quedando dormida. Poco a
poco la oscuridad me invade.
Una luz cegadora me hace abrir los ojos. Enfoco
poco a poco lo que hay a mí alrededor. Estoy atada a una silla. No
hay nada, pero cuando mira a un lado me encuentro con otra silla más
pequeña. En ella esta Aurora. Una puerta se abre y entra un hombre.
No sé quién es. En su mano lleva dos pistolas. Miro a la niña. Le
sonrió para darle tranquilidad.
-
Al fin podremos acabar con todas las mujer Kyvattarius – dice el hombre mientras se acerca a nosotros. – Hemos acabado con la persona que os protegía.
-
¿James? – pregunto con lagrimas en los ojos.
-
Si – responde él. – Se nos ha resistido pero al final hemos terminado con él.
-
¡No! – grito tratando de liberarme.
-
Ahora es vuestro turno – dice el hombre.
Aurora comienza a llorar. Comienzo a cantar
mirándola. Ella me mira y también comienza a cantar. No terminamos
de cantar cuando oímos dos disparos. Vemos como nos impacta a las
dos la bala en el corazón. Con nuestro último aliento terminamos de
cantar la canción de las mujeres Kyvattarius.
No hay comentarios:
Publicar un comentario